Motivación para estudiar

La motivación y el estudio

La motivación nos hace sentir bien, nos da energía y nos impulsa a hacer las cosas. Pero no siempre surge de forma natural, y todos nos enfrentamos a periodos difíciles o lentos en los que la motivación parece difícil de conseguir. Durante estos periodos, puede resultarnos difícil asistir a clase, completar las tareas o estudiar para los exámenes.

Estrategias para mejorar la motivación

Afortunadamente, hay muchas formas eficaces de aumentar y mantener la motivación para lograr lo que queremos mientras estudiamos en la universidad.

Reconecta con tu «por qué»

Una de las formas más poderosas de encontrar motivación es reflexionar sobre las razones por las que elegiste estudiar en primer lugar. Podrías:

  • Escribir una lista de las 3 razones principales por las que decidiste estudiar este curso y pegarla en tu pared
  • Escribir una lista de tus valores y recordártelos regularmente
  • Imaginar tu vida en el futuro y cómo te ayudará tu título (por ejemplo, trabajo, habilidades, oportunidades). Mantenga esta versión futura de usted en su mente y utilícela para motivarse ahora (por ejemplo, «No me gusta la estadística, pero necesito desarrollar estas habilidades para poder investigar de forma eficaz»).

Entérate de los diferentes tipos de motivación para que funcione para ti

La motivación positiva se centra en las cosas positivas que pueden suceder al tomar medidas. Esto podría ser así: «En el proceso de escribir este ensayo, estoy aprendiendo cosas nuevas que me serán útiles en el futuro»

La motivación negativa se centra en las consecuencias negativas que puede tener el no actuar. Por ejemplo, «Mis padres se sentirán decepcionados conmigo si no saco una determinada nota».

Las motivaciones positivas y negativas pueden ser eficaces en diferentes circunstancias. Intenta notar los efectos de los diferentes motivadores en ti. Por lo general, puede ser más fácil perseguir un objetivo que te interese de verdad o con el que disfrutes, que evitar un resultado negativo, que puede hacernos sentir impotentes o abrumados.

Actúa primero y la motivación vendrá después

Muchas personas caen en la trampa de pensar que necesitamos sentirnos «suficientemente motivados» antes de hacer algo. La investigación psicológica demuestra lo contrario: es la acción la que lleva a la motivación, que a su vez conduce a más acción. Esto significa que, a veces, tenemos que empezar aunque no nos sintamos preparados, confiando en que la motivación vendrá después, lo que nos permitirá emprender más acciones.

Establezca objetivos que le motiven

Empezar antes de sentirse motivado es más fácil de decir que de hacer, pero hay formas estratégicas en las que podemos establecer nuestros objetivos para ayudarnos a generar y mantener la motivación.

  • Divida las grandes tareas en pequeños pasos. En lugar de decirte a ti mismo que «escribas tu ensayo», un paso minúsculo podría ser que «revises un artículo relevante de una revista y anotes dos o tres puntos que quieras cubrir en el primer párrafo». Dar un paso a la vez puede ayudarnos a centrarnos y a sentirnos menos abrumados.
  • Establezca objetivos específicos, medibles y limitados en el tiempo. Ser lo más claro posible en cuanto a lo que se quiere conseguir puede contribuir en gran medida a aumentar las posibilidades de seguir adelante.
  • Sea realista. Es importante que los objetivos sean lo más realistas posible para que no te decepcionen. Intenta preguntarte: «¿Cuánto puedo conseguir en la próxima hora?» en lugar de «Tengo que completar todas estas tareas».

Crea un entorno de trabajo alentador

Algunas personas estudian mejor con una rutina, mientras que otras necesitan cambios y variedad para mantenerse motivadas. Considera la posibilidad de probar un nuevo lugar de estudio, como la biblioteca, tu cafetería favorita, o experimenta con diferentes métodos, como escuchar música instrumental mientras estudias o la Técnica Pomodoro. Vea lo que le funciona.

Recuerde que no necesita hacerlo solo: si es alguien que se siente motivado trabajando con otros, únase a un grupo de estudio o rodéese de amigos que le apoyen, que le animen (en lugar de distraerle) y le ayuden a mantener el rumbo.

Equilibre su vida

  • Celebre las pequeñas victorias. Planificar pequeñas recompensas (un descanso o un capricho) después de haber realizado una tarea puede ayudar a mantener el ánimo. También puede hacer que sea más fácil volver a estudiar después de un breve y refrescante descanso, y anticipar otra recompensa a la vuelta de la esquina después de conseguir hacer la siguiente cosa.
  • Prioriza el autocuidado. Todos sabemos que si no enchufamos nuestro teléfono para cargarlo, se quedará sin batería. A nosotros nos pasa lo mismo. Así que tómate tiempo para recargar: programa descansos regulares, tiempo para reunirte con amigos, hacer ejercicio, escuchar tu canción favorita o dormir lo suficiente. Puede que sientas que no tienes tiempo, pero te sorprenderá lo mucho que puedes pensar y trabajar con más claridad después de un descanso o una diversión.

¿Qué puedo hacer ahora?

  • Sentirse desmotivado puede llevar a la procrastinación. Si esto se interpone en tu camino, lee más sobre lo que puede ayudarte a superar la procrastinación.
  • Explora los recursos para desarrollar tus habilidades de estudio en Academic Skills. También puedes asistir a talleres o concertar una cita con un asesor de habilidades académicas.
  • Hablar con un asesor del CAPS puede ayudarte a desarrollar estrategias individualizadas para abordar la baja motivación. También ofrecemos talleres para desarrollar una serie de habilidades que mejoren tu aprendizaje a lo largo del semestre.

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